lunes, 17 de enero de 2011

LA ARQUITECTURA DEL CUATROCCENTO

RENACIMIENTO
CARTA DE LEONARDO DA VINCI A LUDOVICO SFORZA
Excelentísimo Señor mío:
Habiendo examinado cuidadosamente las pruebas de cuantos se ufanan, considerándose a sí mismos, maestros en la construcción de aparatos bélicos, y habiendo comprobado que en el uso de tales aparatos no representa ninguna innovación al uso común, sin detrimento de nadie me esforzaré en exponer a Vuestra Excelencia algunos de mis secretos. Me ofrezco además para el momento en que más le plazca poner en acción las cosas que brevemente anoto a continuación (y otras muchas que exijan las circunstancias de cada caso):
He inventado ciertos tipos de puentes, que son ligeros y al mismo tiempo sólidos: fáciles de transportar, tanto para perseguir al enemigo como para escapar de él si fuere necesario. Tengo también otros, seguros y capaces de resistir el fuego de la batalla y que pueden ser montados y desmontados con toda comodidad. Poseo también procedimientos para incendiar y destruir los puentes del enemigo.
Sé la manera de extraer agua de los pozos..., y construir puentes, catapultas, escalas de asal-to, y un sin número de instrumentos útiles para tales batallas.
Si las dificultades del terreno y las condiciones físicas del lugar hicieran imposible en el sitio de una fortaleza emplear bombardas, sé cómo destruir la roca más dura y cualquier otro tipo de defensa que no tenga sus cimientos bajo la roca viva.
He inventado además una clase de bombardas muy fáciles y cómodas de transportar, que pueden lanzar sobre el enemigo una tempestad de piedras pequeñas, al tiempo que el humo que provoca infunde terror y destruye al enemigo.
Para los combates navales dispongo de aparatos muy adecuados tanto para atacar como para defender, y sé fabricar navios capaces de resistir el fuego de las más potentes bombardas.
Si fuere necesario puedo hacer bombardas, morteros y otras máquinas de fuego, bellísimas y al mismo tiempo útiles, y completamente nuevas y distintas.
En tiempos de paz creo que puedo igualarme con cualquier otro en arquitectura, proyectos de edificios, tanto públicos o privados, y en la conducción de aguas.
Además puedo ejecutar las esculturas en mármol, bronce y arcilla y sé hacer todo cuanto puede hacerse en pintura, sin temer la comparación con cualquier otro artista. Y finalmente, podré emprender la realización en bronce de mi modelo de caballo que resultará una gloria inmortal y un honor eterno de la feliz memoria de vuestro Señor padre y de la casa de Sforza.
Si alguna de las cosas que he mencionado parecieran imposibles o impracticables, me ofrezco de buen grado a experimentarlas en vuestros parques, o en aquel lugar que más le agradare a V,E. a quien con toda humildad me recomiendo.
LEONARDO DA VINCI. Florentino.


A lo largo de los siglos XV y XVI, bajo la influencia de los humanistas, nace un arte nuevo, el arte del Renacimiento. Se inicia en Italia.
Italia se encuentra dividida en numerosas ciudades-estados que alcanzan una relativa estabilidad entre 1454-1492. Las principales ciudades, Milán, Bolonia, Florencia, Venecia, Roma, se enriquecen con el comercio y la industria. Todas ellas desean distinguirse por la belleza de sus monumentos y se convierten en activos centros de arte y cultura. Sus soberanos —Lorenzo el Magnífico en Florencia, el Papa Julio II en Roma—, se proclamaban protectores de las artes y de las letras (mecenas), para perpetuar su recuerdo.
Italia es también el país en que las reliquias de la antigüedad están más presentes. Las excavaciones de los monumentos romanos y griegos entusiasman hasta tal punto a los italianos del Renacimiento que desean vivir, estudiar, pensar y escribir como los antiguos griegos y romanos. Y así, profesores, monjes, mercaderes, rivalizan con pasión por coleccionar manuscritos y poseer piezas antiguas.
El Renacimiento llegó a otros países europeos —Países Bajos, España, Alemania y Francia— hacia 1500, por influencia de los artistas italianos, cuando en Italia ya se habían realizado muchas e importantes obras de arte.
En nuestros días, somos herederos del arte renacentista y seguimos utilizando muchos de los conceptos y términos de esta época (la palabra arte, el concepto de bello y feo, etc.). Por ello, estudiar los aspectos más importantes de este movimiento artístico, significa conocer las causas que han hecho posible nuestra cultura artística
Caracteres:
•    Gusto por la naturaleza y la realidad
•    Vuelta a la antigüedad griega y romana, de ahí su preocupación de imitar los monumentos antiguos.
•    Aplicación del óleo en pintura
•    Incorporación de nuevos temas, no necesariamente religiosos, tales como paisajes, mitológicos, desnudos, retratos, etc…

Pero pensar en la Italia del Renacimiento, es pensar sobre todo, en Florencia porque aquella ciudad fue el gran taller donde se experimentaron la mayoría de las ideas políticas y artísticas del Renacimiento.
En los siglos XIV y XV bajo la dinastía de los Medicis, Florencia fue uno de los lugares más importantes de Italia. Poseía una importante industria de lana y seda, y era sede de compañías de banqueros y mercaderes. En ella, surgieron simultáneamente importantes artistas e intelectuales. El comienzo de este periodo de esplendor cultural está dominado por las figuras de Savonarola, Boticelli, Brunelleschi, Donatello, Miguel Ángel, Leonardo, Maquiavelo...

Philippo BRUNELLESCHI, es el  padre de la arquitectura renacentista (1377-1446)

Recibió una amplia formación cultural. Fue primero orfebre y escultor. Estudió en Roma los restos arquitectónicos de la antigüedad y comenzó a practicar a partir de 1420, los principios de la nueva arquitectura. Estos se basan en la perspectiva central, el cálculo de las proporciones y el equilibrio. Construyó iglesias y palacios, destacando la Gran cúpula de la Catedral de Florencia y el palacio Pitti.
Cúpula de la Catedral de Florencia comenzada por Brunelleschi en 1445. La Cúpula es el elemento dominante de casi todas las Iglesias renacentistas. Para realizar ésta, Brunelleschi se inspira en la Gran Cúpula del Panteón de Roma, pero la técnica de construcción así como la forma van a ser muy diferentes.
La clave está en la solución del problema técnico: elevar una cúpula sobre un diámetro de 51'7 m. y una altura de 114 m. Para esto hace dos cúpulas; una interior semiesférica y ía exterior apuntada, reforzadas ambas por cadenas de piedra que, a modo de costillas acusadas al exterior, enlazan y encadenan la base de la cúpula.
En el paisaje de Florencia, el volumen cupular se convierte en un faro, en una referencia espacial que compite con las montañas. Es, a su vez, y como siempre había sido la simbología de la cúpula, una representación del cielo, del universo. El color sirve para subrayar el efecto óptico: las retículas negras sobre fondo blanco del tambor se hacen uniformes con la decoración de la nave al exterior; el ladrillo rojo del casquete armonizo con los tejados de la ciudad y las aristas blancas que confluyen sobre la linterna. La modernidad va más allá. En el medioevo la obra es una creación colectiva; aquí nos encontramos ante una obra de autor en la que el arquitecto no se limita al diseño sino que dirige personalmente la obra hasta su término organizando en los más pequeños detalles
El segundo gran arquitecto del Quattrocento es León Bautista ALBERTI (1406-1472) no sólo conocido por su labor constructiva sino también por ser un teórico de primera talla (Descriptio Urbis Romae, De re aedificatoria}. Trabajará en Florencia (palacio Rucellai , fachada de la iglesia de Santa María la Novella..) en Roma y Mantua donde construyó las iglesias de San Sebastián y  San Andrés. Alberti es un artista más severo, más ecléptico y en cierto sentido más radical al intentar suprimir todo lo medieval, volviendo al purismo clásico.

San Andrés de Mantua es una iglesia de planta basílical, se data hacia 1470.  El original esquema de la fachada estará destinado a tener un gran éxito.
El orden gigante (es decir, de una altura de dos pisos) organiza todo el conjunto, con un orden menor que refleja las proporciones del interior y realiza una segunda subdivisión. La inspiración está en la Basílica de Majencia y en las Termas de Caracalla.
La profunda arcada cubierta por una bóveda artesonada de medio punto, con la alternancia de puertas escuadradas y de nichos así como ventanas curvilíneas, se inspira en los arcos de triunfo romanos. Todo contribuye a la armonía. El eje simétrico que separa en dos partes iguales la composición, el juego de verticales y horizontales en contraste con las curvas de los arcos de medio punto, los diversos módulos de las pilastras corintias, el frontón y tímpano  triangular, la combinación de formas geométricas puras: círculo, rectángulo, cuadrado. No hay escultura ni bajorrelieve porque entorpecería la visión de un teorema.

El palacio italiano 

 En las ciudades de Lombardía, Véneto y Toscana se configura antes que en el resto de Europa nuevas formas económicas que llevan al poder a la aristocracia financiera. Este grupo social prefiere desde el siglo XIII un tipo de vivienda, el palacio urbano que terminará identificándose con la arquitectura municipal.
El Palacio Medid-Ricardi de Florencia obra de Michelozzo,para Cosme de Médícis, se concluyó en 1460.
Estamos ante un cuadrilátero regular, un cubo con un vacío interior que se corresponde con el patio central. Los pisos atenderán a la funcionalidad señalada: el inferior es cerrado al exterior menos por el portal principal, tránsito de comerciantes, clientes y visitantes así como de las caballerizas; el corredor de acceso y el vestíbulo se dedican precisamente al paso de jinetes y mercancías.
El piano nobile (Primer piso) es el marco representativo que requiere la categoría social y los cargos públicos. Aquí encontraremos suntuosos recintos, salones y despachos. El segundo piso, al fin, la vivienda familiar.
La fachada alternó en el Quattrocento entre el aparejo rústico y la fachada de pilastras. Esta fachada de aparejo rústico se presenta en el paramento más tosco de la parte baja que en los pisos superiores. Todo se deja en manos de vanos en arco de medio punto, más reducidos en la planta baja donde aparecen con dovelaje marcado y entre ventanas escuadradas, mientras en los pisos superiores vemos ventanas bíferas apeadas en columnas finas repetidas rítmicamente hasta la cornisa horizontal.
El patio cuadrangular es un ejemplo de ritmo ordenado y tranquilo. Arcadas con molduras recaen directamente sobre capiteles. Sobre ellos, una faja superior con los escudos de armas tondis decorativos. Ritmo, formas y composición, todo en armonía para un modelo del que se derivarán durante siglos las viviendas de los poderosos y los ayuntamientos de las ciudades.

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